Estoy parado derritiéndome como una baba exhausta en las escaleras eléctricas ascendentes del metro.
Miro delante y detrás mío.
Todo ese gentío mira con atención casi morbosa, casi deseosa a la gente que aborda las escaleras descendentes, del lado contrario.
En su rebote de miradas se arrojan la esperanza de hacer alguna conexion con la vista con esa persona que cambiará sus vidas, que las hará mejores: alguien sorprendente saltará desde la muchedumbre camuflada de hartazgo para redefinir e iluminar sus vidas para siempre, que querrá permanecer y nunca más deseará irse.
Y el verdadero destino próximo: Los andenes o la salida -la vía rápida hacia la rutina.
Y el verdadero destino próximo: Los andenes o la salida -la vía rápida hacia la rutina.
1 comentarios:
me sucede muy seguido que me da por voltear a ver al a gente a los ojos mientras voy por algunas escaleras pero no es buena idea pues se malinterpreta jajajaja
Su.
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